9.2.12

Cuando te pido que me escuches



Cuando te pido que me escuches
    Y me empiezas a dar consejos
   has hecho lo que te pedí.
Cuando te pido que me escuches
    Y empiezas a decirme por qué no debo de sentirme así,
    Estás pisando mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches
    Y sientes que tienes que hacer algo para resolver mi problema,
    Me has fallado, aunque te parezca extraño.
¡Escucha! Todo lo que pedí fue que me escucharas.
    No que hablaras ni hicieras - sino que me oyeras.
Los consejos son baratos: Por unas monedas puedes
    escoger entre varios en un periódico o una revista.
Y yo puedo hacer por mí solo; tengo recursos.
Cuando haces algo por mí que yo necesito hacer
    por mí mismo, contribuyes al miedo y debilidad que siento.
Sin embargo, cuando aceptas como un simple hecho que siento lo que siento,
    por irracional que parezca, entonces puedo dejar de tratar de convencerte
    y puedo dedicarme a comprender qué está pasando.
    Y cuando se aclare eso, las respuestas son obvias y no necesito consejos.
Los temores ilógicos son entendibles cuando comprendemos lo que está detrás de ellos.
Quizá por eso funciona la oración, a veces, para algunas personas.
    Porque Dios es mudo, y no da consejos y no trata de arreglarlo todo.
    Él sólo escucha y deja que encuentres tu propia solución.
Entonces, escúchame, por favor, y óyeme. Y si quieres hablar,
    espera tu turno un minuto, y te escucharé.
Anónimo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Talleres

Talleres

QUEMA LA BASURA



No permitas que las cosas sucias del pasado contaminen tu presente. Despues de cerrar una bolsa de basura la reabres para revisar lo que tiene dentro?

Generalmente sólo revisamos la basura si algo de valor se hubiera perdido , porque lidiamos con la hipótesis de haberlo tirado sin querer. Si no es ése el caso, lo que se fue a la basura no lo veremos más y ni siquiera nos acordaremos de todo lo que está embolsado y listo para salir de nuestra casa.

Si esa bolsa se queda con nosotros por algunos días, y la reabrimos por cualquier motivo, el olor será insoportable, microbios existirán a montones y nuestra salud podría verse severamente amenazada.

Lo mismo sucede cuando guardamos y removemos todo lo malo que ya pasó por nuestra vida. Siempre que dejamos que nuestra mente se pierda en malos recuerdos, estamos reabriendo una "bolsa de basura". Es probable que se encuentre allí la causa de muchas enfermedades físicas y mentales.

Vuelve un poco tus pensamientos hacia aquéllos que ya te hicieron algún mal, y mira cómo te sientes.

Vuelve a ver las ofensas, los resentimientos, las rabias, los desencantos, las desilusiones, las decepciones, y piensa en el "olor" que tiene todo eso. Es así que remueves la basura guardada dentro de ti.

¿Hace cuánto tiempo que está guardada allí? ¿Por cuánto tiempo todavía la guardarás?

Pregúntate: "¿Para qué me sirve toda esa suciedad?" Observa honestamente la respuesta. La suciedad atrae más suciedad, basura atrae más basura, recuerdos nocivos atraen miseria material, física y espiritual.

¿Es éso lo que deseas para ti mismo?

Coloca tus pies en el limpio suelo del presente: es el camino para un limpio y feliz futuro. Agárrate a tus metas, busca realizar tus sueños, guarda los tesoros ya recibidos.

Tú mereces ser feliz.

Por una vida más digna, por un futuro mejor, arroja lo que es basura en la basura.

¡Y quema la basura