El día de ayer y todos los días y años anteriores han pasado ya,
están enterrados en el Tiempo.
Y no puedes cambiar ya nada en ellos.
¿Te han quedado espinas?
¡No las traigas arrastrando!
Porque seguirán pinchándote cada día hasta no dejarte vivir.
Hay espinas que puedes sacudirte echándoselas en las manos a Dios.
Hay heridas de espinas que puedes curar si sabes perdonar de veras.
Pero hay heridas que no podrás curar con todo el amor de este mundo.
¡Pues, olvídate de que existen!
¡Quita el cristal de aumento que pones encima de tus desdichas!
Muévete, grita, llora, respira profundo y trata de ser feliz!
De cada espina que hemos tenido a lo largo de nuestra vida
hemos podido tener la capacidad de tener experiencia
y luego la capacidad de tomar mejores decisiones.
Que esas espinas algún día puedan ser quitadas .....
Autor desconocido.
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